viernes, 8 de enero de 2010

La disputa de la época

En este artículo Mark Josephs-Serra analiza, a partir de su experiencia profesional
en este campo, uno de los temas más recurrentes en las relaciones interpersonales:
los conflictos entre las parejas. Su tesis es que dichos conflictos siguen un mismo patrón que tiene su origen en la configuración cultural de nuestra sociedad en el momento actual. Tales conflictos constituyen ‘la disputa de la época’. Tras el análisis nos ofrece su propuesta para reciclar la disputa en una experiencia de convivencia enriquecedora y bella. Pero no es solo cosa de dos, puesto que se trata de un fenómeno sociológico que implica el paradigma mismo de las relaciones humanas. De modo que al encaminar correctamente dos personas su relación no solo están contribuyendo a su propia felicidad y armonía, sino que están contribuyendo a que el colectivo humano alcance su próximo nivel evolutivo.

No te está sucediendo solo a ti
Las relaciones de pareja están en crisis. ¿Eres de los/las que piensas: “Oh, Dios mío, ¿qué nos pasa a mí y a mi pareja? ¡Todo el mundo parece llevarlo bien menos nosotros!”? Si es así, estás equivocado/a. Todos los demás tampoco lo llevan bien. La mayoría de las parejas terminan separándose o divorciándose y cada día más gente ni tan siquiera contempla la posibilidad del
matrimonio. Así que no solamente sois tú y tu pareja quienes tenéis problemas: todos tenemos.


A raíz de esto surge una pregunta muy interesante: si las relaciones están en crisis a un nivel cultural, ¿nuestras dificultades se explican porque llevamos mucha carga personal del pasado, o tendría que ver con la manera en que las relaciones personales en sí están evolucionando en nuestra cultura? ¿Podemos afirmar que esta crisis es consecuencia de nuestros traumas de la infancia? ¿Millones de nosotros estamos tan desequilibrados que no somos capaces de mantener relaciones saludables y duraderas? ¿O es que está sucediendo algo cultural colectivo en este momento específico en la historia de la humanidad que hace que las relaciones sean especialmente difíciles?

En este artículo sugiero que estamos todos involucrados en un desarrollo cultural que es muy doloroso, pero también positivo y necesario, y que una vez se desvele toda la panorámica nos daremos cuenta de lo similares que son todas las relaciones de pareja y también cuán similares son nuestras luchas y dificultades.

Para muchas personas darse cuenta de esto no es solamente consolador, sino que abre una visión expandida e inspiradora de las relaciones íntimas.


Para simplificar, en este artículo voy a hablar heterosexualmente, aunque en realidad no estaré hablando de la relación Hombre - Mujer sino de la relación Masculino - Femenino, que ocurre también en relaciones no heterosexuales.


La historia hasta aquí
Primero deberíamos darnos cuenta de que estamos involucrados en una trama cultural y aceptarlo.

Ninguno de nosotros está fuera de este espacio y este tiempo. Todos nosotros somos hijos de la era o época en la que hemos nacido y todos heredamos los hábitos, suposiciones y costumbres de las generaciones que han vivido antes que nosotros. Su forma de pensar, sentir y comportarse persiste en nosotros. Cambiar totalmente los prejuicios requiere generaciones.


Entonces, ¿cuál es la trama cultural de las relaciones de pareja en la que nos encontramos?


Para expresarlo de un modo sencillo, digamos que hasta hace cien años el principio fundamental en el cual se basaban las relaciones era el ‘Sentido del Deber’, pero que en el último siglo se ha estado produciendo un cambio progresivo del ‘Deber’ al ‘Placer’.

Así que si antes las parejas permanecían unidas por el ‘Deber’ y no esperaban disfrutar de su relación, hoy las parejas se unen con una gran expectativa de ser felices y pasarlo bien. O sea, que lo que une a la pareja ya no es el ‘Sentido del Deber’ sino el ‘Sentido del Placer’.

No es que usted o yo hayamos escogido estas expectativas. Durante la adolescencia no pensamos: “Personalmente creo que el ‘Modelo del Deber’ está caducado y me inclino por el ‘Modelo del Placer’.” No, simplemente recogemos ideas y actitudes que están ‘en el aire’ de la cultura que nos rodea. Cuando miramos a nuestro alrededor vemos que el ideal moderno de relación no es el de permanecer juntos a pesar de todo, sino el de estar continuamente enamorado, el de sentirse
continuamente apasionado y sexualmente atraído el uno por el otro y así disfrutar de la vida juntos. Automáticamente abordamos nuestras relaciones con estas expectativas, y cuando estas no se cumplen hay dolor, hay sufrimiento.

Cuando termina la fase de ‘Luna de Miel’ (a los seis meses, al año, tal vez tres años) nos sentimos desilusionados. Cuando irrumpe el dolor, nos desmoronamos. No es lo que esperábamos, no es lo que habíamos proyectado. Y decimos: “Hay algo que no funciona en esta relación; ahora veo que no estamos hechos el uno para el otro. Buscaré a otra persona, alguien con quien pueda compartir más placer y menos dolor.”


Niños Buenos y Mamás Enfadadas
Pero el ‘Modelo del Placer’ no es el único problema. Hay otro. Desde hace más o menos cien años las mujeres se han estado sublevando y han estado rechazando ser dominadas por hombres emocionalmente ausentes, inmaduros, arrogantes y a menudo físicamente abusivos.
¿Es esto un problema? No, no en sí mismo. Pero a medida que los hombres se van dando cuenta de la validez de las quejas de las mujeres y se hacen cargo de la demanda de que deben crecer emocionalmente caen en un estado de confusión y desánimo. Y la combinación de mujeres enfadadas reclamando su poder y hombres despojados de autoridad intentando ser sensibles
es una situación muy problemática, especialmente si están atrapados en el ‘Modelo del Placer’.

Cada vez menos mujeres están dispuestas a ser sexualmente utilizadas o a correr detrás de su hombre, por un lado cuidándolo como a un niño y por otro buscando un supuesto sentimiento de admiración. Cada día hay más mujeres que dicen: “¡No, nunca más!”. Y los hombres, despojados de su superioridad, dejando de ser ‘cabezas de familia’, retroceden para dar espacio a esta ‘nueva mujer’. Corren tras ella, sirviéndole tazas de té, tratando de complacerla, pero esta clase de masculinidad débil las irrita aún más.

Mientras que antes (en los tiempos del ‘Modelo del Deber’) muchas parejas interpretaban el papel del ‘Papápoderoso y fuerte’ y la ‘Niña indefensa e inútil’, hoy (en los tiempos del ‘Modelo del Placer’) más y más parejas están atrapadas en el rol de ‘Mamá Enfadada - Niño Bueno’. Y las mamás no quieren sexo con sus niños pequeños, lo cual representa un ligero un problema para el ‘Modelo del Placer’.


En la fase inicial de ‘Luna de Miel’ de nuestra relación nos comportamos muy bien. Pero tanto si dura seis semanas como seis años, tarde o temprano nos estrellaremos contra la roca de ‘Mujer Dura - Hombre Débil’ y nuestro barco del placer naufragará.

Lo que debemos saber y tener en cuenta es que esto es un fenómeno cultural. No ocurre solamente en tu hogar que el hombre se siente infinitamente criticado, no respetado y sexualmente frustrado. Miles de hombres están viviendo y sintiendo exactamente lo mismo.
Y no es solamente en tu hogar que la mujer se siente malhumorada, impaciente, intolerante, invisible y no amada. Miles de mujeres están sintiendo lo mismo. Es la situación cultural. Es hasta donde hemos llegado como cultura.


Existe el mismo escenario detrás de millones de puertas de entrada cerradas. Si fuéramos moscas en la pared veríamos exactamente la misma discusión en millones de hogares aconteciendo simultáneamente. Siempre empieza con algo trivial. Por ejemplo, digamos que él ha tenido un pequeño descuido doméstico, ella se ha enfadado y lo menciona. Él se siente atacado inmediatamente y se defiende. “No fue culpa mía”, protesta él, y le suelta una lista de excusas racionales. Entonces ella se enfada, más por su defensividad y su desconexión emocional que por el incidente inicial. Así que se lo dice. Esto refuerza la sensación de ataque inicial que él tuvo, así que empieza a defenderse con más fuerza. Ahora sí que ella se lanza al ataque, empezando a criticarle a él, a sus amigos, su padre, hermanos y todos los hombres, todos, por los cinco mil años de dominación masculina y así sigue y sigue y sigue...


Las mujeres tienen una memoria emocional que sorprende e impresiona a los hombres. En la pasión de su furia pueden sacar acontecimientos emocionales y datos que el hombre es incapaz de recordar. Mientras ella construye su caso con infinidad de ejemplos para probar la inmadurez y la incompetencia de su pareja (y la de todo el género masculino), para él es como estar delante de una metralleta sintiendo el dolor de las heridas de metralla. Perdido y atrapado en su dolor tiene que contraatacar, o huir, o ambos. Aquí el escenario puede variar un poco, pero básicamente es la misma batalla que se libra en millones de hogares. Es la disputa de la época.

En un artículo más largo también podríamos discutir las ocasiones en que la tradicional ‘Mujer Débil’ del ‘Modelo del Deber’ entra en la batalla y se disculpa sintiéndose culpable o asustada y reprime o minimiza su enfado. Igualmente hay veces en que el tradicional ‘Hombre Duro’ entra en escena y amenaza a la ‘Mujer Débil’, o la pega, o contempla con condescendencia su ‘histeria’ y se marcha. Esta clase de comportamiento está muy arraigado en nuestra psique y en nuestro ADN, como resultado de cinco mil años de patriarcado, y forma parte de la disputa de la época.

También podríamos discutir las secuelas, y cómo el dolor acumulado en estas peleas lleva a la separación. Pero el punto principal de este artículo es insistir realmente en que nuestras relaciones no son tan diferentes como imaginamos y en que estamos todos juntos y atados al mismo patrón cultural, con las mismas dificultades y los mismos retos.


Modelos en el ‘mercado’
Cuando las parejas empiezan a comprender la verdad de todo esto, sus relaciones a menudo se transforman. Puede ser una revelación para ellas. Cuando trabajamos con grupos de parejas y cada pareja escucha a las demás y se dan cuenta de que las historias se repiten una vez tras otra, y otra, cada cual se dice a sí mismo: “No estamos solos, no solamente somos nosotros; otras parejas están recreando exactamente el mismo escenario que nosotros. ¡Esto es fascinante y nos da muchísimas esperanzas!” Y entonces, una vez alcanzada esta perspectiva colectiva cultural más amplia, tendremos que poner atención en dos áreas: nuestro modelo de relación y nuestro desarrollo más allá de la Mujer Dura/Mujer Débil y Hombre Débil/Hombre Duro. Como vremos, estas dos áreas son inseparables.

El‘Modelo del Placer’ es inadecuado porque, como seguramente habrás notado, las relaciones comportan dolor. Tampoco queremos volver al ‘Modelo del Deber’. Los otros dos modelos en el ‘mercado’ son el ‘Modelo del Crecimiento Personal’ y el ‘Modelo Neo-Tántrico’. En el ‘Modelo del Crecimiento Personal’ cada individuo trabaja afanosamente sus propios conflictos con la esperanza de que cada uno llegue a ser cnsciente de sí mismo. Así habría menos reproche y una comunicación más clara. Y con un poco de suerte será así.

El problema con el ‘Modelo del Crecimiento Personal’ es que no está enraizado en una
comprensión cultural. No se tienen en cuenta las diferentes historias de desarrollo
evolutivo de hombres y mujeres. Suele ser un camino ‘unisex’ en el cual cada individuo es considerado más como ser humano que como hombre o mujer. Y como que ambos se dedican a trabajar sus propias cargas personales día tras día, gradualmente la relación se vuelve aburrida, pesada y asexual. En cualquier caso, las estadísticas de separación de los ‘Trabajadores de
Crecimiento Personal’ son tan malas o más que las del modelo de los ‘Buscadores de Placer’.

El ‘Modelo Neo-Tántrico’ es básicamente una combinación de los dos previos. Intenta conjugar crecimiento y placer. Pero a menos que se resuelva el patrón cultural subyacente, por mucho sexo espiritual que haya en la relación, la tensión entre la ‘Mujer Dura’ y el ‘Hombre Débil’ permanecerá. Y eventualmente su dolor destruirá su felicidad Neo-Tántrica. De todas maneras,
de nuevo, las estadísticas hablan por sí mismas.

¿Qué hacemos entonces? ¿No hay un modelo que pueda resolver este masivo dilema cultural?


El ‘Modelo Arquetípico’
Si empezamos con la pregunta “¿qué difuminaría la disputa de la época?”, la respuesta parece obvia: para los hombres sería dejar de defenderse con su mente. Pero esto es más fácil decirlo que hacerlo. ¿Por qué? Pues porque lo que dicen las mujeres es muy doloroso, pero por encima de todo, y aunque lo digan de una manera distorsionada o incluso desesperada, en esencia es
cierto.


Cuando las mujeres dicen que los hombres han sido culturalmente condicionados a sentirse
superiores, y superficiales tanto a nivel sexual como emocional, y que han hecho un mal uso de su poder, lo expresan desde la verdad de su corazón.

Para los hombres darse cuenta de que su pareja es el mejor espejo que jamás van a encontrar y ver que en realidad ella es su aliada y no su enemiga requiere un trabajo personal muy fuerte. En otras palabras, los hombres tienen que ir más allá de la debilidad que reemplazó la dureza machista anterior. Y no hay bastante con decir: “Tenemos que recuperar un poco la dureza que dejamos atrás.” Esto es verdad, pero para un hombre es necesario, además de eso, abrirse al
dolor y a la rabia de la mujer. Se requiere del hombre un compromiso con la verdad y que no se deje llevar por el Ego. Tiene que establecer un compromiso consigo mismo para alcanzar el máximo potencial como hombre. Ha de adoptar un compromiso con la propia masculinidad.
Y mientras este compromiso va madurandoesto permite a los hombres reencontrarse con las
mujeres de una forma nueva.


Cuando el hombre no se defiende, la ‘Mujer Dura’ se ablanda. ¿Acaso vuelve a ser la niñita sumisa que después progresó hasta la ‘Mujer Dura’? Esperemos que no, porque esto sería una regresión. Si la ‘Mujer Dura’ se ablanda, sin dejar de lado el poder tan arduamente conquistado, también accederá a un nuevo nivel de compromiso consigo misma. La voluntad de él de abrazar la verdad que ella siente en su corazón la reafirma.

En pocas palabras: ambos reconocen que lo que ella sentía, aunque mal expresado, ha sido siempre cierto. Gradualmente ella se va sintiendo más segura y confiada en la percepción de su corazón.

Pero ¿qué significa para un hombre ‘no defenderse’? ¿Es solamente decir “sí, querida, te estoy escuchando, qué horrible debe de haber sido todo esto para ti, querida”? No; no defenderse de una mujer significa ser penetrado por la visión del corazón de ella. Lo cual causa mucho dolor. Significa permanecer juntos en el dolor de su corazón sin tratar de cambiarlo. Cuando un hombre permite ser penetrado de esta manera será capaz de penetrar también. En la medida en que él
le da la bienvenida a ella en su interior ella le dará la bienvenida a él.

Yo veo esto suceder en las vidas de las parejas con las que trabajamos. Lo llamamos el ‘Modelo Arquetípico’ de relación, porque cuando el ‘Hombre Débil’ recupera su poder y va madurando hasta llegar a su plena masculinidad, la ‘Mujer Dura’ también recobra su ternura y madura hasta llegar a su plena feminidad. Entonces se produce un ‘Encuentro Arquetípico’. Asistimos al encuentro de un ‘Hombre’ y de una ‘Mujer’, el encuentro de lo ‘Femenino’ y lo ‘Masculino’,
abiertos el uno al otro, pero sin negar su propio poder.

Permaneciendo predominantemente masculino, él se abre a su propia feminidad abriéndose a
ella, mientras que ella, permaneciendo femenina, se abre también a su propia masculinidad al abrirse a él. Ambos encuentran su compleción y tiene lugar un Gran Encuentro Arquetípico
a través de dos minúsculos seres humanos. Es algo exquisito, pero no se trata de un arreglo rápido, sino de un intenso viaje compartido. Es precioso ver a las parejas compartiendo el sentido de su relación como un viaje. Un viaje en el cual el desarrollo de la masculinidad del hombre está apoyando el desarrollo de la feminidad de la mujer, y viceversa. Es precioso e inspira un gran respeto ver a los miembros de una pareja sintiéndose aliados, apoyándose y reforzándose mutuamente. Lo que se manifiesta entre un Masculino y un Femenino potenciados
es impresionante. Y justamente este potencial grandioso es el que estalla de forma tan dolorosa,
tan repetitivamente y tan inconscientemente en los millones de disputas entre parejas que tienen lugar en nuestra época.


Tomado de: http://cultureofhonouring.com/spanish.htm

miércoles, 15 de julio de 2009

Vivir despeinada


Me llegó hoy a mi correo y me encantó la reflexión:

Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine.
Por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad.
El mundo está loco. Definitivamente loco:
Lo rico, engorda.
Lo lindo sale caro.
El sol que ilumina tu rostro arruga.
Y lo realmente bueno de esta vida, despeina.
- Hacer el amor, despeina..
- Reírte a carcajadas, despeina.
- Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
- Quitarte la ropa, despeina.
- Besar a la persona que amas, despeina.
- Jugar, despeina.
- Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
- Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible.

Así que como siempre cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado.Sin embargo, no tengas duda de que estaré pasando por el momento más feliz de mi vida.

Es ley de vida: siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa, que la que elija no subirse.

Puede ser que me sienta tentada a ser una mujer impecable, peinada y planchadita por dentro y por fuera.

El aviso clasificado de este mundo exige buena presencia: Péinate, ponte, sácate, cómprate, corre, adelgaza, come sano, camina derechita, ponte seria, ... Y quizá debería seguir las instrucciones pero ¿cuando me van a dar la orden de ser feliz? Acaso no se dan cuenta que para lucir linda, me debo de sentir linda .... ¡La persona más linda que puedo ser!Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la mujer que quiero ser.

Por eso mi recomendación a todas las mujeres:Entrégate, Come rico, Besa, Abraza, Baila, Enamórate,Ama,Relájate, Viaja, Salta, Acuéstate tarde, Levántate temprano, Corre, Vuela, Canta, Ponte linda, Ponte cómoda, Admira el paisaje, Disfruta, y sobre todo, deja que la vida te despeine!
Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.


**La ilustración es de Ami Bates.

viernes, 17 de abril de 2009

De cuando los sueños se hacen realidad

Una sueña que algún día vendrá un caballero andante noble, atractivo, alto y fornido.
Que es amable y firme a la vez, que rie con ella y la hace reir, que la abraza y sostiene mientras llora. Que la escucha y hace todo lo que está en sus manos para entenderla y complacerla.
Que trae siempre una flor escondida para ella (literal o imaginaria),
Que la lleva a cabalgar por montes y valles siempre de la mano, siempre cantando.
Que será el padre de sus hermosos futuros hijos.
Que tal vez no todo sea color de rosa pero el cielo que los cubre siempre está teñido de amor incondicional.
Que es amada con toda la cordura y toda la locura que le cabe al caballero en el corazón ( que es la misma medida con la que ella lo ama)...

Y qué se hace cuando una mañana cualquiera Una despierta y descubre que esta viviendo su sueño ¿?...


La imagen es "Bésame mucho" de Carolina Durán.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Cerca-Lejos

El otro día reflexionábamos sobre el tiempo que pasamos juntos y nos sorprendía el hecho de que cuando eramos novios, cuando no vivíamos juntos, teníamos más tiempo para compartir...Las tardes parecían eternas sentados en aquel sillón, los dos a solas...Parecía que hasta se nos agotaban los temas de conversación, en cambio ahora, es casi increíble que nos tengamos que llamar al celular en horas de trabajo para contarnos algo importante que "no hubo oportunidad" de hablar la tarde o la noche anterior...

Cómo cambia la vida de una "pareja" cuando se hace "familia", si, si, podría decir que cambia a mejor, que es maravillosa, peero...De vez en cuando se extraña ir de la mano por la calle con el marciano amado sin llevar cada uno un enano o las bolsas de las compras a cuestas; o acostarnos en un sillón abrazados a ver una película sin que alguien se cuele entre los dos con un juguete ruidoso o un cuento por contar; o comer tranquilamente sentados a la mesa sin otra distracción más que mirarse a los ojos de bocado en bocado...

Procuramos de vez en cuando, sacar a la luz aquellos momentos que extrañamos -la mayoría de las veces mientras los niños duermen- y darnos el espacio compartido que tanto necesitamos.
No es fácil porque el cansancio y el peso del día a día van en contra de robarle al sueño el tiempo para estar solos sobretodo en personas como yo, con alma de oso hibernante, que soy la primera en quejonearme y poner excusas...Pero luego, agradezco en el alma que mi marciano me convenza, porque gracias a su persistencia vivimos momentos preciosos, como el de ayer, que nos recuerdan cuán enamorados estamos y que funcionan como puentes para salvar las distancias que la vida cotidiana se empeña en alargar entre dos que se aman y que viven juntos pero no solos.


lunes, 13 de octubre de 2008

El cerebro tiene sexo



Ayer mi marciano y yo presenciamos una escena curiosa. El guardian espacial Buzz Lightyear que ha librado tantísimas batallas y que ha llegado a conquistar los lugares más recónditos guiado por la imaginación de nuestro hijo, de pronto, cayó en manos de la hermana menor y fue acunado y alimentado con tanto amor por ella que, si yo fuera él, cambiaría de compañero de juegos jejeje...

Y me acordé de este artículo interesantísimo que leí hace tiempo en la web de Eduard Punset, una entrevista a la neurobióloga Louann Brizendine


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Eduard Punset:La gente dice que la realidad neurológica de las mujeres las hace más variables, más temperamentales, con más cambios de humor que los hombres. ¿Es verdad? ¿O es simplemente una idea errónea?


Louann Brizendine:Si bien genéticamente somos distintos -las mujeres tienen cromosomas sexuales XX y los hombre, XY-, es importante recordar que todos tenemos, desde la concepción y hasta las ocho semanas de vida fetal, circuitos cerebrales de tipo femenino. Después de la octava semana de vida fetal, los diminutos testículos del feto masculino empiezan a liberar enormes cantidades de testosterona con las que «impregnan» los circuitos cerebrales y los transforman del tipo femenino al tipo masculino. De esta manera, por ejemplo, el centro cerebral que denominamos técnicamente la zona del «impulso sexual» dobla su tamaño en el cerebro masculino. Al nacer, todos tenemos o bien circuitos masculinos o bien circuitos femeninos. Como el cerebro femenino no se ha visto expuesto a tanta testosterona, las niñas nacen con circuitos femeninos en los que algunas zonas son más grandes y otras más pequeñas que en el cerebro masculino.


EP:Es fantástico pensar que todos los embriones son femeninos al principio.


LB:Sí, todos los científicos saben ahora que la «forma biológica por defecto» en la naturaleza es la femenina. Además de esto, hay un período muy interesante que denominamos pubertad infantil: tras el nacimiento, la testosterona en los bebés de sexo masculino aumenta muchísimo durante los primeros seis o nueve meses y luego se ralentiza de nuevo. Mientras que, en las niñas, se produce una pubertad infantil que dura hasta los dos años y los ovarios liberan mucho estrógeno al cerebro. Es un período nuevo del que todavía no sabemos muchas cosas, sobre todo en lo referente a las consecuencias conductuales, porque es difícil hacer que una niña de dos años se esté quieta en un escáner o resonancia magnética.


EP:Claro.


LB:Podemos hacer que se duerma, pero no podríamos observar su cerebro haciendo nada distinto. Hace unos treinta o cuarenta años que sabemos que hay diferencias conductuales específicas de cada sexo en las conductas de juego. Por ejemplo, los niños normalmente tienen juegos bruscos y de peleas, mientras que las niñas juegan a juegos más fantasiosos en los que se asignan roles del tipo "tú serás el médico y yo el paciente" o "tú serás la mamá, y yo el papá, o el bebé".


EP:Son capaces de ponerse en el lugar del otro, ¿no?


LB:Tienen juegos fantasiosos. La fantasía de los niños es más bien del tipo: "soy un superhéroe que lucha contra el enemigo". En mi generación, las feministas decíamos que les daríamos a nuestros hijos juguetes sin marcas de sexo. Queríamos criar a niños que fueran más sensibles. Pero cuando mi hijo tenía cuatro años, le di una de esas muñecas con las piernas largas y él se las arrancaba y ¡las usaba como lanzas! Los juegos por sexos surgen en todas las culturas y lugares del mundo.EP:Es algo que surge independientemente de la cultura.


LB:Una de las cosas que es importante recordar en lo referente a la cultura, al eterno debate entre lo innato y lo adquirido, es un experimento que se realizó en mi universidad, la Universidad de California, San Francisco. Hace unos 15 años, Michael Merzenich descubrió cuáles eran las neuronas en cerebros de monos que controlaban el dedo índice. Registró lo que sucedía con esas neuronas y luego extirpó el índice a algunos monos y, en dos semanas, las células de ese dedo ya estaban reasignadas y controlaban el dedo corazón. Y lo importante es que algo tan pequeño como eso puede tener repercusiones tan grandes en tan sólo dos semanas.


EP:Lo adquirido puede afectar a lo innato...


LB:Lo adquirido se plasma en los circuitos cerebrales. El debate sobre lo innato y lo adquirido está, por tanto, muerto: lo innato y lo adquirido son en realidad lo mismo. Toda la conducta procede del cerebro. Y el entorno, los cambios en lo adquirido, ¡se codifican en realidad en las células del cerebro.


EP:De tu investigación se desprende que las zonas del cerebro destinadas a la actividad sexual o a la agresividad son mayores en el cerebro masculino, mientras que las destinadas a escuchar y a la empatía -la capacidad de ponerse en el lugar del otro- son mayores en las mujeres. ¿Es esto correcto?


LB:A veces, nos cuesta entender que si pudiéramos ver nuestro cerebro desplegado, observaríamos que tiene muchas zonas muy pequeñas que son como miniórganos dentro del cerebro. Si miramos la zona del estímulo sexual, veremos que es de dos a dos veces y media más grande en el cerebro masculino. En la pubertad, cuando los chicos tienen entre 9 y 15 años, los niveles de testosterona empiezan a aumentar y se multiplican por veinticinco -lo que en biología es una cifra enorme-, lo que empieza a activar los circuitos masculinos de estímulo sexual. En ese momento, los jóvenes empiezan a tener fantasías sobre el cuerpo femenino y sobre la actividad sexual. Esto no implica que el cerebro femenino haga que la mujer no esté también interesada en el sexo.


EP:Sí.


LB:La sexualidad de las chicas también cambia en la adolescencia a medida que se incrementa el estrógeno y, en menor medida, la testosterona. En ese momento, las chicas empiezan a desear resultar sexualmente atractivas para los hombres. La adolescente pasa mucho tiempo frente al espejo y cultivando el autoadorno y esto sucede en todas las culturas. En todas partes, las jovencitas hacen lo que resulte adecuado en su cultura para atraer al sexo opuesto. Esto no es producto de los medios de comunicación. Los medios nos inundan de imágenes que nos instan a ser atractivas, pero estos circuitos en el cerebro femenino para expresar la sexualidad son naturales, especialmente antes de la ovulación. Ese es el momento en el que las mujeres coquetean más para intentar atraer el interés de los hombres hacia ellas. El clímax del estímulo sexual de la mujer se sitúa en torno a dos días antes de la ovulación. La madre naturaleza lo ha diseñado así para que nos sintamos tentadas a practicar el sexo y que haya esperma aguardando cuando salga el óvulo y aumentar las posibilidades de quedarnos embarazadas.


EP:El impacto del estrés preocupa a los hombres y las mujeres por igual y tu investigación conduce a algo muy interesante: sugieres que el estrés afecta de una manera distinta al cerebro y a la conducta femeninas. Se hizo un experimento con crías de cabras que habían alcanzado niveles altísimos de estrés y las repercusiones del estrés de la madre fueron mayores entre las cabritas que entre los cabritos. ¿Es verdad?


LB:Se trata de un estudio fascinante cuyas implicaciones no terminamos de entender y según el cual, si la cabra estaba estresada, sus crías hembras se sentían mucho más ansiosas y nerviosas que las crías machos. Esto es así en las cabras y deberemos estudiarlo con humanos, por supuesto. Además, gracias una la investigación realizada con roedores, sabemos que hay rasgos adquiridos de cuidado maternal de las crías que se pueden transmitir genéticamente, y esto afecta la conducta de tres generaciones.


EP:¡Es increíble!


LB:Imaginemos que tenemos a dos madres con seis crías cada una y una de ellas con tendencia a lamer mucho a las crías y la otra con tendencia a hacerlo poco. Si intercambiamos tres crías de una de las madres con tres crías de la otra, las crías se adaptarán rápidamente a su nuevo ambiente. Esto se conoce como "experimentos de intercambios de crías". Cuando las crías hembras hayan crecido y tenido crías a su vez, lo interesante es que las nacidas de la madre con poca tendencia a lamer pero que han sido criadas por la madre con tendencia a lamer, acaban lamiendo mucho a sus crías como la madre adoptiva. Y las que nacieron, genéticamente, de una madre que lamía mucho a las crías, pero se criaron con una madre poco propensa a lamer a su camada, tampoco lamerán a sus crías.


EP:Es sorprendente.


LB:No seguirán lo que les dicten los genes. Así que se trata de un descubrimiento interesante que sugiere que hay cambios reales en la metilación del ADN que se transmiten a las crías durante tres generaciones.E:Hasta ahora hemos hablado de cabras y ratas, pero recordemos lo que sucede con las mujeres en este sentido. Se ha dicho que si los hombres están estresados o preocupados, siguen pudiendo hacer el amor. En cambio las mujeres, para sentir un orgasmo pleno, no pueden estar estresadas ni preocupadas. Si están preocupadas, tendrán más dificultades para llegar al orgasmo en una relación sexual.LB:Hay algo interesante relacionado con el hecho de que el estrés repercute de una manera distinta según el sexo de la persona: sabemos que, en realidad, cuando los hombres están estresados tienen un mayor apetito sexual. En cambio, si las mujeres están estresadas, su interés sexual disminuye. Para los biólogos evolutivos, esto se debe a que el macho solamente debe depositar el esperma y luego marcharse, mientras que la mujer debe sobrellevar el embarazo y si siente que el entorno es demasiado estresante para quedarse embarazada, en nuestros antepasados, tal vez eso significaba que no había suficiente comida para mantener el embarazo y tener el niño. Así que, según esta hipótesis, el apetito sexual femenino se reduce en condiciones de estrés, porque el cuerpo y el cerebro no perciben que el entorno sea seguro.


EP:Una última pregunta que seguro que preocupa a mucha gente: me refiero a lo que los franceses llaman «coup de foudre», el amor por pura casualidad, cuando vemos a alguien y nos enamoramos perdidamente de esa persona. El amor a primera vista. ¿Hay alguna base biológica que lo justifique, o es una mera ficción?


LB:Es algo muy interesante en el estudio del cerebro. Los estudios han corroborado que si vemos a alguien que físicamente es muy simétrico o con movimientos corporales muy fluidos, eso es mucho más atractivo e interesante sexualmente para nuestro cerebro. Es habitual creer que el amor a primera vista pertenece a la esfera de la literatura fantástica, pero pese a todo puede activar partes muy específicas del cerebro que nos dicen «¡ahí está!». No se trata de algo que pienses, sino de algo que sientes, es como una sacudida en el cerebro. No sólo implica lo visual, sino el tacto o el oído. Las feromonas y el sentido de la vista trabajan conjuntamente cuando vemos moverse a alguien porque no sólo miramos su rostro, sino que observamos cómo se mueven todas las partes de su cuerpo. Así que hay una parte de todos nosotros que se siente especialmente atraída por esa persona, sea quien sea, por la que experimentamos atracción sexual.


EP:Esto está codificado biológicamente. De hecho, tú lo dices de una manera muy elegante: "la biología es el destino". Es más destino de lo que solemos creer. Eso crees, ¿no?


LB:Es importante recordar que ni los circuitos cerebrales ni las hormonas nos convierten en lo que somos, no crean nuestro yo, aunque el yo surge de la actividad del cerebro. Las hormonas nos hacen tender hacia cierta conducta, pero no necesariamente hacen que dicha conducta tenga lugar. El destino de la biología es como una base: tenemos circuitos cerebrales y una corteza que alberga todo tipo de pensamientos y reflexiones. Cada vez aprendemos más y esto repercute sobre nuestro sistema límbico, por ejemplo, y cuando las hormonas actúan con fuerza, nos predisponen a ciertas conductas. Nuestra corteza puede escoger cuál de estas conductas activar. Es decir, la biología no marca totalmente nuestro destino, pero sin duda nos predispone hacia ciertas conductas, pensamientos y sentimientos.

viernes, 29 de agosto de 2008

Viernes de relax








Me llegaron por mail y me sacaron unas sonrisas...debe ser que es viernes y yo estoy a unas horas de pasarme dos días más cerquita de mi Gordo...que ayer me llevó flores sin motivo y eso, a una venusina, le da todos los motivos ; ) ¿o no?

miércoles, 20 de agosto de 2008

Matrimonio


El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.


El matrimonio es una barca que lleva a dos personas por un mar tormentoso; si uno de los dos hace un movimiento brusco, la barca se hunde.
León Tolstoi


Para un buen matrimonio hay que enamorarse muchas veces, siempre de la misma persona
Mignon McLaughlin