
Cómo cambia la vida de una "pareja" cuando se hace "familia", si, si, podría decir que cambia a mejor, que es maravillosa, peero...De vez en cuando se extraña ir de la mano por la calle con el marciano amado sin llevar cada uno un enano o las bolsas de las compras a cuestas; o acostarnos en un sillón abrazados a ver una película sin que alguien se cuele entre los dos con un juguete ruidoso o un cuento por contar; o comer tranquilamente sentados a la mesa sin otra distracción más que mirarse a los ojos de bocado en bocado...
Procuramos de vez en cuando, sacar a la luz aquellos momentos que extrañamos -la mayoría de las veces mientras los niños duermen- y darnos el espacio compartido que tanto necesitamos.
No es fácil porque el cansancio y el peso del día a día van en contra de robarle al sueño el tiempo para estar solos sobretodo en personas como yo, con alma de oso hibernante, que soy la primera en quejonearme y poner excusas...Pero luego, agradezco en el alma que mi marciano me convenza, porque gracias a su persistencia vivimos momentos preciosos, como el de ayer, que nos recuerdan cuán enamorados estamos y que funcionan como puentes para salvar las distancias que la vida cotidiana se empeña en alargar entre dos que se aman y que viven juntos pero no solos.

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